Capitulo 1: Como nos conocimos.
Ayer terminé de leer un libro de una de mis autoras favoritas. Se llama “La Corta Segunda Vida de Bree Tanner”. El nombre de la protagonista y su corta vida es lo único que tiene en común con mi amiga Brizeida, pero me recordó de una deuda que le tengo desde hace ya algún tiempo y que he tratado de evitar como a una cadena de Chavez, por la verguenza que me hace sentir. Le debo el contar su historia.
Brizeida fué mi vecina durante muchos años. Era de origen muy humilde. Vivía en una especie de anexo de una casa comunal que le había asignado, supongo que el gobierno, con su mama y sus hermanas.
Su mamá tenía un puestico de empanada al lado del edificio donde yo vivía y fué allí donde la conocí. Mientras comía mi empanada ella me preguntó si yo vivía en el edificio de atrás. Le pregunte que como lo sabía y me respondió que porque me había visto mucho por la zona. Lógico, yo vivía al lado de su casa. Diagonal a su trabajo y a su vez trabajaba a menos de una cuadra de distancia.
En ese momento yo estaba terminando mi tesis para graduarme de Contador Público y estaba super estresado porque los profesores no me permitían hacerla como yo quería. Ella recientemente se había graduado de profesora, así que teniendo experiencia fresca en lo traumático que realizar una tesis puede ser entendía perfectamente por lo que estaba pasando.
Ella era muy afortunada en algunas cosas. Tenía ese tipo de personalidad que te hacía imposible no sentirle cariño. Podías ver que ella miraba al mundo de una forma deferente a la que generalmente el resto de nosotros hacemos. Tambien era hermosa. Del tipo de belleza que causa accidentes en las calles.
Pero a la vez era desafortunada. Esa misma belleza hacía que las intenciones de los hombres que se le acercaban no eran las mejores. “No entiendo, hay mujeres mucho menos agraciadas que yo, que tienen relaciones sinceras y yo no puedo”. Me dijo en uno de esos raros momentos en que su optimismo fallaba. Es curioso como la peor maldición de algunas mujeres puede ser su belleza.
Esa no era la peor maldición de Bri, sin embargo, Lo único que yo observaba que tenía el poder de amargarle su vida era el hecho de que, según los doctores, nunca podría tener un hijo.
Capitulo 2. Momentos de Felicidad
Nos hicimos amigos. Muy amigos. Un día me llamó feliz porque estaba embarazada. Sentí un gran alivio al ver que por lo menos uno de sus sueños se le cumplia, a pesar de que el padre de la criatura no tomo responsabilidad. Fue uno de esos pocos momentos en que me he sentido violento.
Un mes después me toco a mi llamarla. Bexi, mi novia, estaba embarazada. Ella y Bexi se hicieron grandes amigas. Tanto que a mi simplemente me echaron para un lado sin consideración alguna. Sin embargo, no me importaba porque no hay nada mas fastidioso que estar entre mujeres embarazas: lo único que oyes hablar es de bebes pa´ca y bebes pa´lla. De hecho fue excelente para mi, porque entre ellas se satisfacían sus necesidades maternales y de incesante habladera de paja, lo cual me evitaba a mi el tener que hacerlo tanto en el rol de amigo como en el de esposo.
Bexi y Bree compartieron sus embarazos juntas. El nacimiento de Daniel, el hijo de Bree, y el de Enzo. También compartieron el deleite de ver a los niños crecer en sus primeros meses. Pero la alegría de Bri no duró mucho. En realidad la alegría de todos no duro mucho.
Capitulo 3. Su Fín
Bri fué diagnósticada de una grave enfermedad. Hasta el sol de hoy no sé cual fué, creo que era un cancer, pero nunca me atreví a prengutar por miedo a oir la respuesta y solo le hablaba de cualquier estupidez que me pasara por la cabeza para, aunque sea hacerla reir un poco.
Todo el siguiente año fue miserable. Bree fue deteriorándose poco a poco. La enfermedad reclamando su cuerpo. En una de mis ultimas visitas ella había perdido todo su peso, si eso es tan siquiera posible. Si mirabas bien podias ver perfectamente la forma de su esqueleto. La vida y la belleza que la habían caracterizado se habían ido.
Ella nunca lo dijo, pero yo sabía cuanto eso la afectaba. No pretendo saber la importancia de la belleza para una mujer, porque no soy una. Pero yo siempre consideré que la razón por la que Bri siempre parecía tan fuerte, alegre e inmutable era porque siempre tuvo su belleza por delante. O mas bien, siempre la tuvo para esconderse detrás de ella.
Ella peleo, como solo ella sabía hacerlo. Consiguió ayuda del gobierno para hacerse las costosas operaciones. Soporto el dolor de la enfermedad sin demostrarlo mas allá de su piel para hacer menos miserable la vida de los que la rodeaban (no funcionaba mucho sin embargo). Se mantuvo optimista y siempre me hablaba de las cosas que ibamos a hacer los 5 cuando ella se curara y se pusiera buenota otra vez. Y aunque su enfermedad derrotó su cuerpo no creo que nunca halla logrado derrotarla a ella. Creo que hasta el último segundo de su vida ella consideró que iba a vivir y ver crecer a su hijo. Yo también le creía.
Bexi estaba visitando a su mamá en un pueblito llamado Pedraza cuando me llamo y me dijo que la vecina se había muerto. Le pregunte ¿cuando?. Extrañado por el tono solenme que usaba Bexi y preguntandome que tan apegada ella podía ser con esa vecina si Bexi solo visitaba a su Mama una vez a la cuaresma. Me lo dijo nuevamente, esta vez molesta, “No entiendes la vecina se murio”.Solo me tomo un par de segundos mas procesar que no se refería a una vecina de su mamá en Pedraza. Pero me tomo mucho mas tiempo que eso recuperar mi voz. Bexi supo que había entendido porque lo unico que se escucho entre nosotros durante los siguientes 15 minutos fue silencio. De alguna, forma ese silencio fue suficiente para decirnos todo lo que necesitaba decirse.
Capitulo 4. La Verguenza
Meses pasaron desde que Bri murió. Danielito era cuidado por la mamá de Bri. Bexi siguió yendo religiosamente a casa de Bri. Esta vez para visitar a su mamá y para que Enzo y Daniel jugaran. En otras ocasiones se lo traía para la casa.
En una de esas ocaciones salio el tema de conversación que había estado en nuestras cabeza desde hace algún tiempo. Nosotros podriamos adoptar a Daniel. La mamá de Brizeida ya no es muy jovén que digamos y sus hermanas están todas luchando por sobrevivir. ¿Aceptarían ellas la propuesta? ¿Podría ser eso el ultimo regalo que le dieramos a Brizeida? Darle a su hijo la oportunidad de una mejor vida o ¿Seria en cambio el último regalo que nos diera Brizeida a nosotros? Un segundo hijo. Quizas un poco de ambas.
Muchas cosas pasaron por mi cabeza en los siguientes dias. Por un lado, estaba seguro que Bri no se opondría a que yo fuera el papá de Daniel. Ella sabría que yo haría mi mejor esfuerzo. Por otro lado, tendría la oportunidad de ofrecerle a Daniel el potencial de un mejor futuro. Australia es un país donde solo tienes que hacer medio esfuerzo para ser exitoso y yo me aseguraría que Daniel hiciera mucho mas que medio esfuerzo.
Además contándo a mi hermanito Antonino quiere decir que solo tendría que encontrar 2 tripones mas, probablemente los 2 mejores amigos de Enzo y Daniel, para tener mi propio equipo de baloncesto. Nos llamariamos “Los Puma” no me pregunten porque.
Sin embargo, seriamos mas que un equipo, seriamos amigos, seriamos una familia y nos prometeriamos que nunca las mujeres nos separarían aunque en el fondo sabriamos que eventualmente lo lograrían.
Eso es definitivamente algo con lo que yo podría vivir. Dentro de muchos años, cuando Daniel este grande, yo podría preguntarle a Bri “Hey Bri mira a tu hijo ahora. ¿No estas feliz que moriste?” y ella me respondería “Si Gian, fue lo mejor que pude hacer y lo haría nuevamente sin pensarlo 2 veces” y yo me sentiría orgulloso.
Pero esas no fueron las únicas cosas que pensé. También pensé que mi expediente para la visa ya estaba en el departamento de migraciones. Que se retrasaría enormemente mientras se hacía el proceso de adopción y se incluía a Daniel. Que es díficil emigrar con un niño pequeño, mas aún con dos y por sobre todo pensé y si me la rechazan… Apenas puedo mantener a uno ahora.
Ahora quizas dentro de un par de años pueda hacerlo, pero quizas ya no tendré la oportundidad. Y dentro de muchos, pero muchos años a pocos minutos de morir. Cuando le de una última mirada a mi vida y me sienta orgulloso por las oportunidades que logré conseguir para Enzo a la vez sentiré verguenza porque siempre sabre que pude haber hecho mas.
Daniel y Enzo discutiendo temas existenciales (chicas).
Daniel y Enzo hablando de carros (como montar a las chicas)
Un charquito de agua en la cima de la montaña.
Observen el paisaje atrás.
Bexi, Enzo y Gabi la hija de Gemania y segunda mamá de Enzo.
Germania de salía que hasta en mi blog tiene que aparecer. No se quien la invitó para ese viaje.
