Cambiando de Trabajo: de Weber a HCA

Querido diario

Cuando vivía en Venezuela tuve la fortuna de trabajar para mi papa, así que nunca tuve la necesidad de buscar o cambiarme a otros trabajo. En Australia, sin embargo, he pasado 2 veces por esas situación, así que te quería contar un poco acerca de esas experiencias

Cambiarse de trabajo es algo muy común en Australia, por lo que he notado la personas lo hacen cada 2 años en promedio. Por supuesto, en cada trabajo que he tenido me he encontrado con personas que han trabajado allí toda su vida, pero aquellos con algún tipo de habilidad profesional en demanda, tienden a cambiarse rápidamente. Yo creo que es debido a que es la forma más fácil de incrementar tu salario. Cuando te quedas en la misma empresa puedes obtener aumentos, pero generalmente son pequeños, mientras que cuando te cambias a un trabajo nuevo, puedes negociar tu salario y generalmente no te cambiarias por menos de 15% más de lo que ganabas al momento.

Mi primer trabajo en Australia fue con Weber BBQ. Estuve allí durante 2.5 años. La empresa era fenomenal y me sentía muy feliz allí. Recuerdo que una vez el dueño de la empresa, que ya estaba retirado pero que se la pasaba allí, me estaba presentando a un amigo de él y le dice que mi nombre era Gian, que era de un pequeño pueblo en Venezuela llamado Acarigua, que este era mi primer trabajo en Australia y que él esperaba que fuera el ultimo. Él siempre me hizo sentir que estaba donde pertenecía.

Sin embargo, a pesar de que mis responsabilidades aumentaron enormemente en ese tiempo, mi salario no lo hizo a la misma velocidad (De hecho esto no sea del todo cierto porque sacando la cuenta de mi salario cuando comencé y el que tuve antes de irme, había aumentado 18% que no está del todo mal), así que un día Bexi me muestra un anuncio en el periódico en el que buscaban a una persona con mi perfil y por el cual ofrecían mucho mejor salario y de repente algo se rompió en mi mente y empecé a considerar algo que no había considerado hasta el momento. Cambiarme de trabajo.

Aplique a ese trabajo del periódico, pero no me llamaron, así que desempolve a Seek.com, que es básicamente el único medio que realmente he utilizado para buscar trabajo aquí en Australia y empecé mi búsqueda.

Desde que llegue a Australia había logrado reinventarme enormemente como profesional. En mi búsqueda descubrí que ya no era más un Contador o un Programador, ahora mi perfil encajaba con el de un Contador de Sistema o el de una profesión un poco menos convencional llamada Analista de Inteligencia de Negocios y de la cual solo había descubierto que existía no más de 6 meses atrás. No hay tantos trabajos de esos tipos, así que en los siguientes 2.5 meses aplique alrededor de 8 trabajos y me llamaron de 4 para entrevistas. Muy diferente a mi experiencia cuando llegue en el cual aplique como a 100 y me llamaron de 2 solamente (uno de ellos después de que había aceptado el trabajo en Weber)

Aplicar a trabajos cuando ya tienes un trabajo tiene sus retos. El principal es cuando te llaman para una entrevista telefónica mientras estas en el trabajo. Siempre lo primero que me preguntaron era si podía hablar en ese momento, yo creo que ellos saben que tú puedes estar en tu trabajo y que no puedes hablar libremente. Yo les decía que me dieran unos minutos para ir a una oficina. Pero, no habían muchos sitios donde meterme, En la cocina alguien podía entrar, En el baño lo mismo, ir al estacionamiento quedaba muy lejos. Afortunadamente, a mí me habían dado la responsabilidad de mantener un área donde se guardaban los computadores y servidores que no quedaba muy lejos de mi escritorio (por cierto, esa habitación era un desastre cuando la tome pase 2 días ordenándola y bote/regale como 6 cajas de peroles - Después me convertí en padre celoso y no permitía que nadie entrara allí he he), pero si lo suficientemente lejos de otros escritorios como para que alguien escuchara.  Así fue que tuve 4 entrevistas telefónica en ese cuartico, tratando de no hablar muy duro y rogando porque nadie pasara por el frente de la puerta y escuchara la conversación.

Después de las entrevistas telefónicas venían las entrevistas presenciales. Estas no fueron muy problemáticas. Es totalmente común aquí pedir uno o medio día libres fuera del trabajo para hacer diligencias personales. Estos días los pagas con tus días de vacaciones acumulados (recibes 20 de estos al año). Es decir, si te tomas medio día libre y tienes 15 días acumulados a la fecha, lo que hacen es que te pagan tu salario completo normal, pero te quedan 14.5 días de vacaciones en lugar de los 15. El mayor problema era que generalmente tenía que pedir el día entero, porque aunque las entrevistas duraban no más de una hora yo me iba en mi traje de gala de domingos y por supuesto en Weber notarían la diferencia entre ese traje y mi Jeans y franela blanca que usaba normalmente.

Alrededor de 2.5 meses después de que empecé a buscar, me llamaron para una 4ta entrevista. Todo bien allí y me pidieron que fuera a la empresa al día siguiente a las 6pm. Salí de mis trabajo y me fui directo a la entrevista. Andaba en pantalones y camisa manga larga normales, lo cual me dice que el tipo de ropa que usas en la entrevista depende mucho del tipo de empresa y trabajo por el que estés aplicando aunque siempre es mejor irse por arriba que por debajo. En este caso era otra empresa mediana familiar. Tuve mi entrevista y me ofrecieron el trabajo allí mismo.

La oferta oficial de trabajo la recibí el jueves y cuando la leí fue que todo se sintió real. Ahora debía renunciar en Weber. La compañía donde había hecho mis primeras amistades australianas y que se sentían casi como familia, la compañía que me dio mi primer trabajo y que prácticamente hizo posible que mi experiencia de inmigración fuera exitosa. La compañía que le debía todo lo que tenia en esos momentos. A mí me gusta pensar que soy una persona que afronta sus responsabilidades y miedos de frente, así que trate de visualizarme ofreciendo mi renuncia al día siguiente así como para prepararme mentalmente y armarme de coraje y valentía. Pero lo que logre fue que todo se sintiera más real aun y tuviera un ataque de pánico. A los minutos, ya podía respirar normalmente otra vez y decidí no ir al siguiente día (viernes) al trabajo y enviar mi renuncia por email. De esa forma no tenía que afrontarlos cara a cara hasta el siguiente lunes.

El viernes por la mañana, escribí el email con mi renuncia. Mi dedo traicionero, se negaba a presionar el botón de enviar, tuve que hacerle entender que era ahora, por email, o el lunes personalmente. El cedió y el email fue enviado. Inmediatamente me metí a bañar, creo que el desayuno me cayó mal ya que tenía un poco de nauseas. El agua se sentía tibia y agradable en mi cara y de repente mi teléfono empezó a sonar. Salí todo mojado del baño para ver quien llamaba. Era Terry, el gerente general de Weber. No estaba seguro si debía responder ya que quería arriesgarme a causar un corto circuito con mis manos mojadas, pero era ahora o el lunes personalmente, así que tome el riesgo y respondí.

Su voz era de confusión, de persona que siente que hizo algo malo pero que no sabe que es y quiere corregirlo, de persona traicionada.  Hablamos por largo rato, me dijo que había hablado con Ross, el dueño de la empresa y que él le había dicho que yo era el tipo de personas que ellos no querían dejar ir. Gaby, la niña sentimental de 14 años que hay dentro de mi hizo full acto de presencia y yo peleaba por contener lágrimas. Gracias a Dios la conversación era a través del teléfono… Deben entender que toda esta gente se habían convertido como en mi familia, quizás porque estaba tan lejos de mi familia real, quizás porque inmigrar te fuerza a crear nuevos lazos para no sentirte tan solo. No se, pero como si eso fuera poco, hace unos meses atras, los habia convencido de crear una nueva posicion en el trabajo y darmela a mi, porque obviamente no iban a encontrar nadie de afuera que conociere la empresa o que fuera tan leal como yo. Todo esto hizo que en mimente viera todo lo que estaba haciendo como algo imperdonable… Terminamos nuestra conversación y Terry me pidió que nos encontráramos en la empresa al siguiente día, sábado, para discutirlo todo mejor. Oh no.

Tuve todo ese día para prepararme mentalmente para la discusión del día siguiente. Yo soy un hombre crecido con familia e hijos así que no podía dejar que toda esta situación me afectara de esa forma. Lo que estaba haciendo era algo que pasaba todo el tiempo, en el mundo entero. Era algo a lo cual yo tenía derecho como persona que quiere ofrecerle más a su familia y que al final son ellos los que importan. También pensé en todas las injusticias a las que fui sometido mientras trabajaba allá, confieso que no eran muchas y que tuve que concentrarme un poco para hacer mis lista de 4, pero claramente recuerdo mi primer cumpleaños que estuve allá y que me dijeron que comprara una torta para celebrar y que después ellos me devolvían el dinero, yo fui, inocentemente y compre una súper torta de $100 y luego ellos me dijeron que en realidad había un límite máximo de $50. Igual pagaron por la torta pero me hicieron sentir bastante mal.

Me fui armado con todos esos pensamientos y mi lista de demandas a encarar a Terry al día siguiente. Hablamos por largo rato: Terry, Gaby y yo. Finalmente, me pregunto qué cuanto deseaba para quedarme. Le dije, lo que me habían ofrecido, 40% más de lo que ganaba allí. En su cara podía ver que era mucho más de lo que esperaban. Me dijo que lo iba a discutir con Ross y que me llamaba al día siguiente.

Ese mismo día, en la tarde, le envié un email a Terry diciéndole que apreciaba el esfuerzo, pero que había decidido tomar el otro trabajo. Después de todo el drama que monte confieso que ya me daba pena trabajar allí. Terry me respondió con un simple ok, que no había problema y que cuanto tiempo les podía dar para encontrar un reemplazo. Todavía le agradezco que no alargo las cosas más, y creo que ese último email fue de alivio para ellos porque no creo que hubiesen podido igualar el salario que me ofrecían en el otro trabajo, así que les permitía una salida fácil sin tener que decirme algo así como: bueno queremos que te quedes pero no creemos que valgas tanto. Fue quizás la única cosa que hice bien durante todo el proceso.