Querido
Diario
El día que
fuimos a HWY (ver la entrada anterior) y durante uno de esos momentos en que habían
5 mujeres echando cuentos en la mesa y yo era el único hombre, decidí ir a
caminar y dar unas vueltas por la zona. Yo no soy antisocial, ni nada, por el
estilo, e incluso varias veces trate de incluirme en la conversación hablando
acerca del ultimo modelo de lavadora que salió en el mercado, pero ellas simplemente
me miraban con enojo y me ignoraban.
Como de
mejores conversaciones me han corrido, me fui a echar una caminata. No hay
nunca un momento en estas caminatas donde no vea algo que me impresiones, o una
casa súper hermosa, o algo que refleje claramente que ya no estoy en mi
Venezuela natal. Además que caminar por las calles de Adelaide, especialmente
cuando respiras una de esas brisas frías de aquí, me parece una de las
actividades más relajantes de mi vida
Durante mi travesía
me encontré un Garage Sale, que yo simplemente amo y donde he encontrado más de
un tesoro, incluyendo un par de patines profesionales por $20 que mi amigo
Luis, que era patinador apasionado en sus tiempos en Venezuela, no pudo parar
de salivar cuando los vio.
En este
garage sale compre una gorra rosadita para Bexi bien bonita, que espero que la
use y que sino tendré que usarla yo porque no se puede dejar perder, y un libro
de pensamientos famosos que agregue a mi lista de 28 libros pendientes por leer
y que probablemente nunca voy a leer… [suspiro]… Es un problema que tengo
Más adelante,
en mi travesía, me encontré un restaurante de Barnacle Bill
Barnacle
Bill es una cadena de restaurantes australianos. Hubo un tiempo en el que fue
muy famosa y podía ser considerada una institución australiana. Su especialidad
son los famosos (solo aquí en Australia y creo que en UK también) "Fish
and Chips" . Que no es más que pescado y papas fritas.
Yo nunca he
comido allí, mayormente porque no soy muy fanático de los "Fish and
Chips", pero también porque crecí en la era donde la hamburguesa es la
comida rápida de preferencia. El problema es que no soy el único y el día que
pase por el frente de este restaurant (vean la foto detenidamente) me sorprendió
que todos los clientes eran personas en la tercera edad.
Sin entrar
en detalles acerca de la responsabilidad de la cadena de restaurantes de
refrescar su propia imagen para competir con los McDonald y KFCs, me parece muy
triste que algo tan Australiano como esto tenga sus días contados. Es parte de este
gran mundo globalizado, que trae tantas cosas buenas y tantos beneficios , pero
que también tiene algunas cosas malas como la perdidas de instituciones
tradicionales de una cultura.
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