¡Llegaron!

Sali bien temprano a recibir a mi familia al aereopuerto. En realidad no era necesario porque el dia anterior había ido al aereopuerto para conocer bien la ruta, los autobuses que debía tomar y el tiempo que duraría el trayecto.

Bajo ninguna circunstancia podia permitir que mi esposa e hijo no tuvieran quien los recibiera en el aereopuerto solo porque por algún error de cálculo o circunstancia imprevista de esas que suceden una vez por año me impidiera llegar a tiempo. Y, debo reconocer, que ese tipo de circunstancias imprevistas que solo suceden una vez por año me pasan semanalmente.

Mi esposa ya me había advertido muchas veces de las consecuencias que acarrearía el que me presentara en el aereopuerto con las manos vacias y como eso la podría llevar a tomar un repentino voto de celibato, así que lo primero que hice fué ir al C.B.D (centro de la ciudad) a comprar flores.

El día anterior cuando fue al aereopuerto había visto que allí las vendían, pero por razones que ya nombre no me iba a arriesgar a que precisamente hoy el local estuviera cerrado. Había mucho en juego de por medio.

En Rundle Mall encontré un puestico que vendia malteadas, jugos y un monton de cosas mas. Entre ellas flores. El chamo que atendía el puestico parecia una nevera. Debía medir 2x2 metros, sin embargo, esto no me sorprendió porque ya había pasado mi asombro inicial acerca de lo gigantesco que tanto los hombres como las mujeres australianos pueden ser.

El chamo debió haber leido mi cara de confusión mientras escaneaba la extensa colección de flores de diferentes formas, tamaños y colores, no pudiendo ver entre ellas mis clásicas “nunca fallan” rosas rojas, porque se acerco a ayudarme.

Yo esperaba que el chamo fuera de gran ayuda si lo que necesitase fuera levantar un carro para cambiar una llanta y no contaba con un gato. También hubiese esperado que el chamo fuese de mucha ayuda si alguna vez necesitase asustar suficientemente a los capos de alguna mafia italiana para que no me molestasen. Incluso lo hubiese considerado de gran ayuda si en algun momento necesitase protegerme detrás de algo para evitar la colisión de un autobus contra mi persona. Lo que no esperaba era que fuera útil para comprar flores.

El tipo nos dio a mi y a otro chamo que estaba en las mismas que yo, un catedra de por lo menos 10 minutos acerca de como los diferentes colores expresan diferentes sentimientos, o como los diferentes tipos son usados dependiendo de la ocasión. No entendí ni papa, pero sonreí para mis adentros pensando que todo lo que yo en realidad quería era un ¡Toma chamo llevale estas!

No puedo negar que estaba profundamente perturbado por sus profundos conocimientos acerca de todas las cosas florales, pero también me sentía un poco envidioso por todo el daño que se podría hacer con dichos conocimientos. Las posibilidades son infinitas. Esposas formarían menos rollos. Novias se sentirían mas deshinhibidas. Suegras dejarían de verte como el bastardo que nunca va a ser lo suficientemente bueno para su hija. Madres… bueno en realidad las madres hacen lo que sea por uno. Rosas o no.

Por otro lado, no lo enviadiaba para nada al considear el daño que le podría causar el que sus amigos se enteren de esa habilidad. Mínimo le agarran una nalga

Armado con un globito para Enzo, un sueter dentro del bolso en caso de que alguno de los 2 tuviera frio y mis nuevas flores que significaban “No importa la distancia que nos separen siempre encontraré la forma de volver a tu lado y además protejeré a los inocentes y prevendré la hambruna a nivel mundial” o algo parecido me fui hacia al aereopuerto.

Eran las 9am y mi esposa llegaba a las 12:45 así que saque mi libretica y aqui me tienen escribiendo esta “entrada” que espero algún dia terminar de escribir si el necio de Hanna, uno de mis mejores amigos en Venezuela desde hace veinte y pico de años, algún dia deja de mandarme mensajistos por el Black Berry, sacandome de mi concentración.

12:30, faltan 15 minutos, continuo mas tarde…

…

…

Llegaron!!!!

Estaba en la puerta por donde se sale del área de embarque. Son unas puertas de cristales gigantescas que te permiten ver perfectamente hacía el otro lado. Estaba muy pendiente, porque si Bexi pasaba por el frente de ellas, toda perdida, iba a pegar un grito que me iba a garantizar que me sacaran del aereopuerto, pero Hanna no dejaba de enviar mensajitos.

Le respondía los mensaje y volvia a poner mi atención en esas puertas y las personas que pasaban por el otro lado. Hanna, sin embargo, no se rendía y justo mientras le respondía uno de sus mensajes oí mi nombre. Perfectamente pronunciado “Gian!”. Demonios se me adelanto!. Yo era el que se supone que la debía verlos primero y gritar.

Una cosa que no se puede negar acerca de mi esposa es que es una mujer valiente. El plan original era que yo la iba a buscar en Nueva Zelanda ya que su nivel de inglés es muy bajo y nunca había viajado en un avión. Además iba a hacer esa travesía de mas de 40 horas con Enzo, para mas ñapa. Sin embargo, a pesar de todo eso siempre me decía que la esperara en Adelaide para que así nos ahorraramos el dinero de los pasajes. Si hay un lema que creo que describe a mi esposa es “Retroceder nunca. Rendirse Jamas”.

Yo por mi parte he sido una mata de nervios con respecto a este viaje desde que salí de Venezuela. Era la parte de todo este proceso de inmigración que mas me asustaba, y temía en lo mas profundo de mi corazón que mi esposa encontrara alguna forma de montarse en el avion equivocado y terminara en China. Mi lema es “No es lo mismo huevos a la bechamel que bechamel huevo” Pero eso no viene al caso.

No fue sin contratiempos el viaje, sin embargo. Mi esposa me contó que el vuelo iba con 2 horas de retraso. Donde yo tuve que esperar largo tiempo para abordar el siguiente avión ella tuvo que correr para lograr montarse en su vuelo a tiempo. De hecho otra pareja que iba en ese mismo vuelo con destino final Perth perdió su vuelo por el retraso. Además una de las maletas de mi esposa no apareció así que tuve que reportarla.

Pero nada de eso importa porque no puedo describirle el alivio que sentí cuando los vi atravesar esas puertas. Ella luciendo mas hermosa de como la deje y Enzo luciendo como la cosa mas importante en mi vida entera.

Mi teléfono sono nuevamente, seguramente Hanna encontrando el mejor momento para escribirme. Lo ignoré, como debí haber echo aquel dia, hace todos esos años atrás, en la que se presentó en la sala de juegos de mi edificio por primera vez, esperando que alguien lo invitara a jugar con nosotros, y fuí a darle el primer abrazo a mi familia en tierras australianas.

Algunas veces me siento como la persona mas afortunada del mundo.

Mi esposa y mi bebé

Mi bebé y yo

Ellos después de llegar a la casa

P.D1: Terminé esto y todavía no despiertan. El viaje es agotador.

P.D2: Antes de terminar de escribir esto me llamaron de la aereolinea y me trajeron la maleta hasta la casa.