No cabe duda que deseo con todo mi corazón, mente y alma emigrar hacia el otro extremo del mundo (si no sabes a donde me refiero lee el titulo del blog). Sin embargo, cuando pienso en algunas de las facetas operacionales de la aventura no puedo evitar sentir algo de miedo. A continuación voy a relatar algunos de ellos.
Miedo #1: Una vez que me baje del avión y esté en la ciudad en donde planeo formar mi vida, con un montón de maletas encima, una cantidad considerable de efectivo en el bolsillo, un nivel de inglés útil, a lo sumo, para conversaciones cortas (muy cortas), cero conocimiento del área y de la cultura. Que hago?
Esta simple pregunta logra ponerme los cabellos de punta y como amante de la planificación que soy es simplemente inaceptable hacer algo de tal importancia sin un plan preconcebido y sus respectivos planes B, en caso de que las cosas no salgan como yo quiero, o mejor debería decir, cuando las cosas no salgan como yo quiero. Peor aún, imaginen hacer eso con esposa e hijo acompañandome.
Ya que todavía me falta bastante tiempo para irme el plan que he elaborado, hasta ahora, es bastante corto y con muchas preguntas sin respuestas, pero ahí les va.
Mi plan inicial era bajarme del avión, tomar un taxi y decirle al chofer que me llevara a un hotel no muy caro (por que se me acaba el escaso dinero) y no tan barato que cuando salga a hacer diligencias me roben o revisen las maletas (lo mas posible es que ese problema no exista allá, pero como buen venezolano soy desconfiado). Una vez instalado mi segunda meta sería aprender a desplazarme por la zona , buscar un periódico y salir a buscar un apartamento para alquilar lo mas pronto posible. Les dejo a su imaginación pensar todas las cosas que pueden salir mal en dicho plan.
Ahora bien, un plan ideal sería como sigue. Que hubiese una persona esperándome en el aeropuerto que me llevara hacia una residencia alquilada temporalmente con anterioridad (es decir desde Venezuela), donde me pudiera quedar por un par de meses mientras me adapto al nuevo entorno y consigo una residencia permanente. Sin embargo no conozco absolutamente a nadie y lo peor es que no se, ni siquiera en que ciudad voy a vivir. (no tendré mucha opción para escoger la ciudad porque estoy optando por una visa temporal)
Como todavía existe un gran margen de deferencia entre el “plan actual” y el “plan ideal” me tocará trabajar en reducir ese margen durante los siguientes meses. Menos mal que todavía falta tiempo para que ese momento llegue.
Por lo vistos mis dudas son bastante fuertes y realmente me cuesta describirlas en pocas palabras por lo tanto iré describiéndolas en “entradas” posteriores, no necesariamente continuas. Hasta luego.
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