miércoles, 30 de junio de 2010

Un Trabajo Duro de Conseguir


El 02 de Junio vi el anuncio en seek.com en él Solicitaban un contador con conocimientos de programación de páginas web, así que parecía perfecto para mí. Mientras más leía el anuncio y los requerimientos que solicitaban en el futuro empleado mas sentía que ese, definitivamente, iba a ser mi primer trabajo en tierras australianas.

Mi lógica era simple. ¿Cuantos contadores con conocimientos de programación pueden existir en Australia? De esos ¿Cuántos están aquí en Adelaide? Y de esos ¿Cuántos están desempleados? No muchos era el resultado que obtenía.

Me dispuse a crear una carta de presentación y un resume hecho a la perfección. Presté atención a la ortografía, diseño, estilo y seguía al pie de la letra las cosas que había aprendido en el curso de cómo buscar trabajo que estaba haciendo en el TAFE. Pero me fastidié mientras lo hacía, así que les di un mateo rápido y los envié. ¿Para que tanto? Ese trabajo ya era mío de cualquier forma. Tan seguro me sentía que decidí no aplicar a mas trabajo y me fui a caminar por la urbanización imaginándome en mi nuevo trabajo y maravillado por lo fácil que había sido la transición inicial en Autralia.

Al siguiente día recibí la llamada de la reclutadora para establecer una fecha y hora para una entrevista telefónica. Le dije que estaba disponible en ese momento y que si quería la hacíamos inmediatamente. No había terminado de decir las palabras y ya estaba arrepentido. Podía haber establecido la entrevista para otra fecha y así darme tiempo para preparme.

Las preguntas que me realizaban eran orientadas a saber en que tipo de empresa había trabajado. ¿Tamaño? ¿Estructura? ¿Número de empleados? Y otras.

La metida de pata, sin embargo, me había afectado mentalmente y no me podía concentrar como era debido. Mis respuestas, en cuanto a fondo, eran buenas, pero tenía la mente tan nublada que no podía exponerlas claramente en inglés y tartamudeé durante toda la entrevista. Además de que no podía hablar tuve que pedirle a Cliff (mi entrevistador) que repitiera sus preguntas en varias ocasiones.

Mi desempeño le pareció suficiente a Cliff, al menos inicialmente, y me invitó a otra entrevista, esta vez personal, para el siguiente dia. Adicionalmente me dijo que me registraría en la base de datos de Extrastaff (la empresa reclutadora) y que me enviaría un nombre de usuario y contraseña. Con ellas debía entrar al sitio web de la reclutadora y presentar 3 exámenes en línea.

Al comenzar la entrevista con Cliff me dijo que estaba muy impresionado con mis puntuaciones en los exámenes y que había obtenido una puntuación perfecta en Excel, 92% en Word y un buen puntaje en tipeo. Esto mayormente debido a que en Venezuela yo llevaba una doble vida. A primera vista podía ser confundido con un simple Contador Público, pero en las noches me convertía en Super MSOffice Man. Un heroe que todo lo sabe acerca de Word, Excel y Power Point y utiliza estas habilidades para salvar al mundo de una destrucción segura al crear hojitas de cálculos muy bonitas y algunas veces útiles.

La entrevista había comenzado muy bien y seguiría así durante el resto de la tarde. Esta vez las preguntas fueron orientadas mas a la parte técnica y a medir mis conocimientos. Cliff tenía altos conocimientos en el área contable y fue bastante específico en esa área. En la parte de programación no tenía muchos conocimientos como para poder realizarme preguntas que le indicaran si realmente podía hacer el trabajo, pero yo había llevado mi laptop y le mostré algunos de las páginas web que yo había realizado.

Cliff se sintió satisfecho y me dijo que lo esperara un momento que me iba a presentar a su jefa. Yo me preguntaba ¿Eso es todo? ¿Estoy contratado? Me parecía extraño, sin embargo, que 2 días después de haber publicado el anuncio en el periódico ya iban a contratar a alguien. ¿No pensaban esperar a ver si aplicaba alguien mejor? La respuesta a esas tres preguntas era no.

Efectivamente no iban a esperar a entrevistar a nadie más, pero estaba muy lejos de ser contratado. El proceso hasta ese momento solo me llevo hasta la puerta de la empresa. Ahora debían ellos evaluarme.

La siguiente semana me llamaron de la empresa. Esta vez era una entrevista de panel. Me prepare durante todo el fin de semana para cualquier pregunta técnica que me pudieran hacer. Me aprendí todos los conceptos técnicos en inglés de las tareas que iba a realizar y muy confiado fui a la entrevista.

Todo ese estudio no me sirvió de nada. No me hicieron ni siquiera una pregunta de origen técnico. Con cada pregunta, mas confundido me sentía. No lograba ver cuál era el propósito de esas preguntas y por lo tanto mis respuestas fueron un completo desastre. Ellos estaban interesados en saber de mí como persona. En conocer los aspectos de mi personalidad en que les hablara un poco acerca de las buenas cualidades que tengo. El problema con eso es que odio hacerlo y cuando hablo de mí generalmente es para burlarme de mi mismo.

No todo fue malo sin embargo, tuve dos elementos a mi favor. Mostré confianza en mí mismo y hable un muy buen inglés. De hecho creo que nunca había hablado tan buen inglés como en ese momento. Buena forma, pero horrible fondo.

Durante el resto de esa semana estuve esperando que me llamaran para darme la respuesta definitiva. Aunque ya no me sentía tan seguro de que iba a conseguir el trabajo y había inteligentemente decidido empezar a aplicar para otros trabajos.

Me llamo Cliff. Que para ese momento se había convertido en mi confidente y me dijo que la empresa quería realizarme otra entrevista el lunes de la próxima semana a las 11 de la mañana. Al parecer adjudicaron mis malas respuestas al nerviosismo de estar en una entrevista y no a que era un tarado. Una cosa les puedo decir, en ningún momento durante esa entrevista estuve nervioso.

Me levante temprano. Me prepare para las posibles preguntas técnicas que me pudieran realizar y, gracias a la inspiración que obtuve de la psicobruja, arme una excelente estrategia en caso de que las preguntas fueran de personalidad.

Salí de mi casa una hora y 20 minutos antes de las 11. Mas que suficiente tiempo para llegar. O por lo menos eso creía yo. Al llegar a la parada del autobús veo la hora y resulta que no son las 10:20 como yo esperaba, eran las 11:20. Ya estaba retrasado media hora. De alguna forma se me desapareció una hora entera de mi día. Revise el reloj nuevamente para ver si se había dañado. Pregunté la hora al señor de al lado y efectivamente iba a llegar tarde a mi entrevista. MUY tarde.

Cuando finalmente llegue a la empresa. Llamo para comunicarme con la persona que me iba a entrevistar, pero éste ya estaba en una reunión la cual iba durar, al menos, una hora. Llamé a Cliff y le conté lo sucedido. Me disculpé con él por dejar mal parado el nombre de su empresa ya que ellos me habían recomendado y le dije que si hay algo de lo que puede estar seguro en mi es que no soy una persona irresponsable.

El llamo a la empresa y se logro comunicar con el gerente y este accedió a entrevistarse conmigo y nos encontramos en un café que queda cerca de la empresa. Jeff (el gerente) me dijo que no me preocupara. Que él entendía que ese tipo de cosas pasaban y me sentí mucho mejor, así que para la cuarta vez que me había disculpado y notando que lo que no había logrado llegando tarde estaba muy cerca de lograrlo con la disculpadera decidí dejarlo en el pasado.

Me explicó que normalmente no hacían tantas entrevistas, pero que habían decidido darme otra oportunidad. Me parecía que ellos estaban muy interesados en mis habilidades técnicas. Pero que yo fallaba en decirles lo que ellos querían oír durante las entrevistas. Por supuesto que eso en mi mente se traduce a algo mas o menos como… “Mira agafiado de verdad estamos interesados en ti. Podrías, por favor, tratar de no meter la pata en esta entrevista para que te podamos contratar. ¿No te parece que es suficiente con hallas llegado tarde?”

Jeff comenzó con sus preguntas y nuevamente ni una pregunta técnica. Todas relacionadas a mi personalidad. Así que saque a relucir mi estrategia para lidiar con ellas. Canalice a mi psicobruja interna y me pregunté qué haría ella en esa situación. ¿Se rendiría? Por supuesto que no. La psicobruja no es el tipo de persona que va hacia la montaña. La psicobruja hace, mas bien obliga, a la montaña a ir a ella. “Se la psicobruja” era mi mantra en ese momento.

Si ellos no querían hacer el tipo de preguntas que yo podía responder yo los llevaría a que me las hicieran. Dominaría la discusión y, muy discretamente, sin que Jeff lo notara llevaría la entrevista a mi zona de confort. ¡Y lo hice!

Cuando Jeff me preguntó si me consideraba un trabajador duro. No le respondí con un sí. En su lugar le di un ejemplo de mi trabajo que lo demostraba. Cuando me pregunto si me consideraba un líder, no le dije que si, le conté acerca de una experiencia laboral que lo ameritaba. Por cada pregunta que me hacía le daba una respuesta que llevaba la conversación a mis trabajos anteriores. Donde yo me sentía cómodo. Donde mis respuestas no eran basadas en lo que soy, sino en lo que hice.

Nos despedimos y me dijo que me llamarían a finales de semana. Comenzó la espera nuevamente. Cuando finalmente obtuve la llamada. No recibí la respuesta que esperaba…

Esta vez querían que fuera a una empresa que se especializa en realizar exámenes de aptitud a las personas. Fue ese mismo viernes y me hicieron 5 evaluaciones diferentes. Una psicológica compuesta por 116 preguntas, odie todas y cada una de ellas. Una verbal, en la que me pedían seleccionar el sinónimo de palabras que no sabían que significaban. Una matemática, una lógica y finalmente una de esas que te hacen en los exámenes de I.Q en donde tienes que seleccionar que figurita cabe en una más grande y como se debe voltear para que quepa. En la empresa me dijeron que los resultados estarían listos para el próximo martes ya que había un fin de semana de por medio.

¡A esperar nuevamente! Durante todo el sábado y el domingo me pregunte quien sería el sin oficio que invento los fines de semana. ¿No estaba consciente acaso de la importancia de que las empresas realicen sus trabajos durante esos días? ¿No sabría el cuantos exámenes dejarían de ser evaluados en esos dos días? Solo me puedo imaginar el número de personas afectadas irremediablemente por ello.

Llame el martes a la empresa por dos razones. Primero quería mostrar interés y segundo quería finalmente saber si me iban a contratar o no porque mi sanidad estaba a punto de hacer maletas e irse de vacaciones. Hablé con Jeff y me dijo que no había tenido chance de ver los resultados de las evaluaciones y que me llamarían al día siguiente.

Ese día tenía otra entrevista de trabajo. Así que decidí olvidarme de ese trabajo, porque francamente ya estaba deseándo que me dijeran que "No" de una vez y acabaran con mi sufrimiento. 10 minutos depués de terminada la entrevista y sintiéndome muy bien porque lo había hecho bien, probablemente debido la enorme cantidad de práctica que había tenido en el último mes, me llamo Cliff.

Me pregunto si ya me había enterado de la buena noticia. Yo sabía a qué buena noticia se refería, pero no me atrevía a vociferarla por miedo a espantarla. Le dije que no. Y él me pregunto si no había recibido una llamada de la empresa para la cual estaba aplicando. Le dije que no nuevamente y lo único que podía pensar era ¡dilo! ¡Vamos solo dilo de una buena vez! Me dijo que eso le parecía raro y a pesar del afecto que le tengo por estar siempre pendiente de este proceso y darme valiosos consejos (probablemente porque se debe ganar una buena comisión si me contratan), me encontré deseando que cosas malas le pasaran como que se fuera de rumba una noche y amaneciera el día siguiente en una habitación de motel barato en las vegas, casado con la psicobruja. ¿Cómo atravesó los 14317 kilómetros que separan Adelaide de Las Vegas en una noche? solo la psicobruja lo sabría.

Finalmente lo oí decir "¡Felicitaciones Gian has sido contratado!"

7 comentarios:

Gabriela dijo...

Gian... Tienes trabajoooo!!! Que finooo, sacaste de homerun la primera experiencia Australiana, ahora lo que resta es coser y cantar y esperar a tu familia que ya debe estar por llegar!!! que bien!!! Muchas felicidades!!!!

Diego A dijo...

Felicitaciones Gian!, la espera valio la pena!! aunque a duras penas me imagino lo dolorosa que fue la angustia de esas entrevistas! ya veo que se preocupan mucho por la personalidad, pero leo que supiste defenderte!, de Verdad Te Felicito.. un logro mas que dificilmente se consigue aqui en venezuela, mucha suerte y exitos espero seguir leyendote en un futuro!. Saludos

Anónimo dijo...

FElICITACIONEEEEEEEEEEES!!! Que exito! como siempre me encanto el relato! jejeje me rei muchisimo!
Y si, asi son los procesos de entrevistas... te entiendo perfectamente, desde Enero he ido, sin exagerar a 20 empresas distintas y a millones de entrevistas cada una... pero ya consegui el trabajo donde me quedo! :) (hasta que me vaya a OZ, obvio)

Gabriela dijo...

Naaaa!!! Soy una desesperada y tuve que leer el final de la historia... jajajaja Pero que chido! muchas felicidades por tu nuevo trabajo! Saludos

Anónimo dijo...

Hola gian jajajaja me dio mucha risa lo de "que no sabes hablar de ti mismo" jajaja me llegaron a la mente muchos cuentos tuyos jajajaja espero que estes bien.. epa y aprovecha por que te quedan 24 dias de solteria jajaja....besos....

PD: bexi si lees esto es jodiendo no lo estoy mal aconsejando jejeje tu me conoces...jajaja

Malvina y Javier dijo...

Bravo! así es que se hace! Mil felicitaciones, te va a ir suuper bien... que alegria...!
Saludos de Isla a Isla...

GianSaro dijo...

Hey gracias a todos por sus comentarios. De verdad me siento super bendecido porque las cosas están marchando bien aquí.

Para Anónimo: no te preocupes Bexi no te va a decir nada porque... bueno como lo digo... porque no colocaste tu nombre en el comentario. Lamentandoblemente no podré disfrutar de mis dias de solteria porque cada vez que sale una foto mi en Facebook Bexi me forma un saperoco. :(

Para Malvina y Javier: me gusto mucho lo de "saludos de isla a isla...", especialmente por los puntos suspensivos. Me hizo pensar un poco.

Gracias a todos nuevamente. Tienen un amigo en Adelaide.