Dia de la Mudanza

Hoy finalmente me mude a la casa en la que viviré con mi familia como mínimo durante el próximo año. Edward que recién había llegado el dia anterior de Sydney donde tuvo la conferencia de Mentes Jovenes y Brillantes de la organización que dirije, se ofrecio amablemente a ayudarme a llevar las cosas, después de que lo amenazé con no pagarle la ultima semana de alquiler.

De verdad, que tuve mucha suerte cuando le alquile la habitación a Edward. La ubicación fué fenomenal. A solo unas cuadras del O-Bahn, por lo que desplazarme al C.B.D era cuestión de 15 minutos y podía escoger como entre 20 autobuses diferentes que toman esa vía. La zona era bellisima y para evitar el aburrimiento cuando no tenía trabajo me tomaba caminata de 2 horas por los parques y las calles cercanas. Además, Edward, como arrendador, fue excelente: me ofrecio su ayuda para prepararme para las entrevistas, me daba consejos y me explicaba cosas de la cultura australiana, nos echamos una frias, o mas bien una mezcla de alcohol que no fue normal junto a sus amigos (uno solo australiano, por cierto) y siempre ofrecio su apoyo.

Recuerdo el dia que me dieron el trabajo. Cuando llegue a la casa me lo encontré en la cocina trabajando en su laptop y le di la gran noticia. El se arrescosto al respaldar de la silla, entrelazo sus manos en la parte trasera de su cabeza y exhalo aliviadamente. A partir de ese momento, no pude mas que considerarlo no solo un conocido, sino un amigo de verdad. Incluso estuve tentado a dercirselo, pero me dio miedo que eso nos comprometiera a hacer pillamadas y pintarnos las uñas el uno al otro mientras hablabamos de sentimientos y cosas así. Así que me hice el loco y cambié el tema a un punto neutral. Basketball.

Es increíble. Cuando llegué aquí todas mis pertenecias cabían en dos maletas y un bolso. Ahora 3 meses después necesité de 3 maletas (una de ellas donde venía la colcha que compré para aguantar el frio en las noches), 2 bolsos (uno de ellos me lo había traído vacio en la maleta desde Venezuela), 1 caja (La impresora), 5 bolsas (2 con comida) y un traje. Menos mal que Edward me ayudo porque llevarme todo eso en autobus o incluso taxi hubiese sido bastante engorroso.

Logramos meter todo en el carro de Edward, no con poco esfuerzo, y partimos. Durante el camino Edward me contó acera de la conferencia. El me había invitado para que fuera, pero inicialmente tuve que negarme porque no tenía trabajo y tenía que ahorrar el dinero tanto como pudiera y luego tuve que negarme porque ya tenía trabajo y no podía tomarme unas vacaciones de 1 semana en Sydney.

La conferencia fue un exito. Edward es muy bueno en lo que hace, que es basicamente hablar con gente y convencerlos de que le hagan caso, además de organizar cosas. Solo por curiosidad le pregunte acerca de la psicobruja, pero tristemente el no sabía de quien le estaba hablando. Me pareció algo extraño porque siempre consideré que ella iba a destacar de alguna forma en la conferencia, pero hay que entender que eran mas de 100 participantes cada quien con sus propios proyectos.

Llegamos a la casa. Le hice el tour a Edward y me dijo que había hecho un buen negocio ya que la ubicación era excelente. Iba a agradecerle por todo a Edward, pero él me dijo que fueramos a dar unas vueltas para que me familiarizará con la zona. Como todavía era temprano, alrededor de las 2pm, la idea me parecio genial.

Me di cuenta que, ciertamente la ubicación es excelente. Queda cerca de la parada del autobus, a menos de 10 minutos del C.B.D. en bus y a 30 minutos caminándo. Adicionalmente, a menos de 5 minutos queda una gran zona comercial con automercado lo cual es de suma utilidad mientras no tengamos carro, situación que espero se mantenga durante mucho tiempo, porque si no tengo que conducir un automovil mas por el resto de mi vida es poco tiempo.

Camino a la casa pensé que ya se acercaba la despedida, las cuales estan siendo muy frecuentes ultimamente y no quería llegar a ese momento. Le dije a Edward que como agradecimiento por todo lo que había hecho por mi, me permitiera invitarle un cafe y unas tortas y así nos fuimos a un cafe cercano.

No solo nos comimos unas tortas, sino que nos comimos las tortas de chocolate mas sabrosas que he probado en mi vida entera. Lo siento hermana, pero es cierto y necesita ser dicho. La escena mas gay no podía ser, pero me recordó a un paná en Venezuela que cada ciertas semanas nos reuniamos después del trabajo a echar cuentos y nos ibamos a tomar jugos. Si jugos, no cervezas, ni whiskeys. JUGOS!. En mi defensa, puedo decir que era el pana el que escogía la actividad.

En el café, Edward me contó acerca de la política con la que tiene que lidiar en su trabajo. Lo cansante que es y como requerian de él esfuerzo que pudiera ser mejor aprovechado sacando adelante las propuestas sociales que habían sido llevada a la conferencia. Me dijo, también, que estaba considerando formar su propia organización de ayuda social y yo lo odie un poquito porque, en serio, ninguna persona de menos de 35 a 37 años debría tener su propia organización internacional de ayuda a proyectos sociales. Y, después lo odie porque no me ofrecio un trabajo en ella. De verda, me gustaria ser parte de algo así.

Yo por mi parte, le conté de todos los acontecimientos importantes en mi vida, del pavo que comí el lunes en el trabajo, los chocalitos del jueves y de algo que yo no se que era, pero que se veía muy bueno y que desgraciadamente, no pude probar porque tenía que sacar los pagos de la semana y para cuando llegue a la cocina ya se lo habían comido todo. Le dije que culpaba a John, el chamo de servicio al cliente, y Edward me dijo que deberiamos buscarlo un dia y golpearlo entre los dos para que dejará lo gloton. Edward es definitivamente un buen amigo.

Un momento gracioso que paso fue cuando Edward me preguntó que porque algunas veces lo llamaba Edward (su nombre es Glen). Me hize el loco y pretendí que no entendí lo que me dijo. Algunas veces no hablar inglés tiene sus ventajas.

De regreso en la casa nos depedimos. Edward me dijo que lo llamara para cualquier cosa que necesitara. Me dijo que hablando conmigo se habia dado cuenta de lo afortunados que son los Australianos y que eso iba a ser precisamente su nueva meta en su organización. Crear consciencia en los jovenes australianos acerca de lo afortunados que son y que por ello debén ayudar a los que no lo son tanto. Para ejemplificar que en este país es posible para cualquiera que se lo porponga surgir me conto su propia experiencia: el y su hermano solos con su mama, peliando por subsistir. “Nosotros eramos pobres” me dijo. Aunque realmente la historia no trajo lágrimas a mis ojos porque lo que es considerado pobreza aquí en Australia es equivalente al nivel de vida con la que muchas personas sueñan en Venezuela.

Yo por mi parte le agradecí por toda su ayuda, por los consejos, por las revisiones que hizo de mis curriculos y por alquilarme la habitación hace un par de meses atrás cuando estaba desesperado por encontrar un sitio donde quedarme.

Se fué y mientras veía el automovil partir desde el frente de mi nueva casa. No pude evitar sentirme solo por segunda vez desde que estoy en Australia contando ese primer dia en que llegué. Después, tal cual mazoquista, hice lo único que me podía hacer sentir aun peor. Pense en mi hijo y mi esposa.