sábado, 29 de mayo de 2010

Dedicado a Germania.

Como lo prometido es deuda, estoy escribiendo esta “entrada” dedicada a mi amiga Germania.

Antes de irme le dije que una de las primeras cosas que iba a hacer era salir un día a media noche a caminar durante media hora llevando conmigo el reloj más caro que tenga (solo tengo uno porque no me gusta usar nada en las muñecas y para eso se inventaron los celulares), zapatos (obvio) y mi celular (¿porque sino como se que hora es?). Luego al llegar a casa tomaría unas fotos de mis pertenencias, todavía siendo “mis” pertenencias y se las mandaría. La idea era calmar su incesante "¡No te vayas! ¿Y ahora a quien voy a humillar públicamente?".

Aunque ya tengo 20 días aquí no lo había hecho antes porque…. Bueno porque simplemente hace mucho frio para andar de noche por ahí, y en realidad no considero a Germanía tan buena amiga como para estar pasando frio por ella.

Sé que suena cruel, pero es que ustedes no saben algunas de las cosas por la que esa mujer me hizo pasar tirándoselas de chistosita. Todavía recuerdo el incidente del “antes y después” en la universidad en la que tomo una foto de mi cada vez peor insuficiencia de cabello y después fue a las oficinas de inscripción para pedir una de mis fotos cuando dicha “insuficiencia” no era notoria. Por supuesto, que se la dieron porque ella estaba encompinchada con todas las secretarias y porque casualmente ella siempre era la que me inscribía en la universidad ya que yo tenía la mala de suerte de desarrollar un extraña enfermedad que no me permitía salir de la casa cada vez que había que calarse las 8 horas de cola para inscribirse.

No hace falta decir que el uso que les dio a la fotografías fue uno de esos momentos realmente embarazosos de mi vida y pudiera agregar bastante traumático también. De todo esto saque una nueva conclusión acerca de la humanidad y una misión en mi vida. Concluí que el mundo está lleno de gente cruel, que disfrutan el sufrimiento ajeno y que no tienen ningún respeto por la santidad que representa el crecimiento capilar (o falta de) en los hombres. Y me propuse como misión crear un grupo o espacio en el que yo y otras víctimas como yo pudiéramos reunirnos, contar nuestras experiencias y expresar libremente el porqué de nuestro odio hacia Germania.

Confieso que dicho espacio todavía no ha sido creado, pero está en mi lista de cosas por hacer una vez que cuente con la logística necesaria para acomodar la gigantesca cantidad personas que se proyecta asistan a las reuniones. Ya incluso conocí un psicólogo aquí en Adelaide que quizás pueda ayudar a ayudar con las personas cuyos casos sean más severos.

Si todo esto les parece como exagerado, les cuento que su ultima gracia fue rebautizar a mi hijo como Enzo Ramón y puedo asegurar que va a ser uno de esos sobrenombres que quedan de por vida. No se le podía ocurrir Enzo Beckham, o Enzo Jordan, o Enzo Pitt, o Enzo Einstain. Nooop, Tenía que ser Enzo Ramón.

Volviendo al punto nuevamente, y me disculpo por hacerlos pasear por mi mundo nuevamente, este viernes tuve finalmente la oportunidad de cumplir mi promesa.

La profesora de un curso que estoy haciendo organizo una reunión en un restaurant de la ciudad. Cuando el evento terminó, alrededor de las 12:00 PM, tome el autobús y me fui para la casa. La parada en la que yo me bajo sin embargo, queda como a 25 minutos de la casa y debo cruzar un parque para poder llegar a ella. Así que cumplía todos los requisitos para satisfacer mi promesa.

EL parque, o más bien bosque porque es más grande que la decepción que sentí cuando me dijeron que Santa no existía (se me paso rápidamente cuando me dí cuenta que igualmente recibiría mi regalo), es una de las cosas más hermosas que he visto en vida. Tiene un rio con un puentecito. Mientras caminas puedes ver los paticos, algunos en el agua y otros en la grama, y su sola presencia te da un sentido de tranquilidad y de que todo va a estar bien. Los arboles te dejan sin aliento por su tamaño y majestuosidad. Tiene caminitos que llegan más lejos que tu mirada, diseñados para que las personas caminen, troten o hagan ejercicios en sus bicicletas. Todo bajo un cielo de un color azul muy parecido al de esos edificios gigantes con ventanas de color azul cielo.

De noche, sin embargo, no es para nada hermoso, déjenme decirles. La sombra que proyectan los arboles debido a los faroles ubicados a cada cierta distancia los hacía parecer que estuvieran vivos. El viento, moviendo sus ramas, no ayuda las cosas para nada, menos aún por el sonido parecido a un ligero silbido que creaba. Los benditos farolitos están muy lejos unos de otros obligándote a caminar por trechos oscuros y tenebrosos entre ellos. El puente que esta más bajo, por supuesto, que las orillas que lo conectaban, te hacían pensar que te ibas a encontrar del otro lado? Estar en el medio del puente, el perfecto sitio para una emboscada, te hacía pensar en las rutas de escape mas alocadas como lanzarse al rio de ser necesario. EN MEDIO DE ESE FRIO INFERNAL! Y esos horribles y endemoniados patos no se veían por ningún lado cuando los necesitabas

Como no me quedaba mas opción me arme de valor y comencé mi caminata de 25 minutos. A pesar de todo no estaba tan asustado. No por lo menos de que me fuesen robar o quitarme algo con un valor ligeramente mayor que mis pertenencias como, por ejemplo, mi vida. Si no, mas bien, y sé que esto va a sonar ridículo, que se me fuese a materializar alguna especie de versión Australiana de la Sallona, o la Llorona, o el Silbon, o, peor aún, aquel famoso espanto que se le apareció a Mamagallo… Era culpa de esos benditos árboles, y de las exageradamente parecidas formas humanas que sus sombras proyectaban en el suelo con voz y toda incluida cortesía del viento. Y, por supuesto, de la escases de esos endemoniados patos y sus poderes de relajación.

Confieso que hubiera sido interesante ver una versión rubia, con ojos azules de la Sallona, pero de verdad no quería encontrarme con la Llorona porque nunca he sido capaz de soportar el ver a una mujer llorando. Menos aún al Silbón con sus tendencias violentas. Y, cierta y definitivamente no quería encontrarme con el espanto que cambio la vida de Mamagallo.

Como tenía frio y por ninguna otra razón, decidí acelerar el paso para calentarme y cruce la distancia que me separaba de la casa como en 7 u 8 minutos a los sumo. Acepto que no fueron los 30 minutos que había planeado originalmente, pero como tuve que pasar por ese parque, y sinceramente no me explico a que bruto se le ocurrió ponerlo allí cuando claramente sería mas conveniente crear un camino completamente pavimentado e iluminado con cámaras de seguridad cada 10 metros, decidí aceptarlo como valido.

Así que tome las fotos que probaban que todavía conservaba mis pertenencias. Tristemente no cargaba el reloj que mi Padrino me había regalado. Y, descubrí, sin lugar a dudas, que es imposible tomar una foto a tu celular usando dicho celular sin tener a la mano alguna especie de superficie reflectante. Así que solo pude tomar una foto de mis zapatos.

Por lo tanto, aquí te la dejo Germanía. Una foto de mis zapatos, todavía en mis pies. Después de haber cruzado valientemente a media noche un parque muy escasamente iluminado. Sin contar con la mas mínima ayuda por parte de esos inconfiables patos.

Que no se diga que no cumplo mi palabra.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Giansaro, como estas? te escribo en este post, solo por ser el ultimo... no sabia que este blog con un nombre tan chevere era justo el tuyo! ya lo voy a colocar como referencia en Venezolanoz!
Te cuento, segui tu consejo y ahorita estoy leyendo "little women" que tal?
Seguimos en contacto..

Anónimo dijo...

Saludos Gian,

Me he visto obligada a escribir en tu blog, porque debo agradecerte los incontables minutos de vida que me has regalado, por eso de que las rabias los quitan y las risas los suman. Tienes un excelente humor para escribir y reflejar pura y claramente tus sentimientos.

Me he quedado pegada leyendo artículo tras artículo y debo felicitarte. Gracias por contagiar el buen humor y dar buenos concejos para “dejar el pelero”.

Mi esposo y yo también estamos en trámites, entramos a Migraciones desde Agosto y aún seguimos en la dulce espera.

Que se os sigan sumando más éxitos y recompensas.

GianSaro dijo...

Hola! Gracias por tu comentario. me gusto mucho la parte de "Consejos para Dejar el Pelero".

Espero que le aprueben la visa pronto y puedan disfrutar de todo esto. Realmente es magnífico.