miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Estas emocionado?, ¿Tienes Miedo?

Esta pregunta me la han hecho innumerable veces en las últimas semanas. Inicialmente respondía con un simple no. La fecha de partida estaba lejos y no tenía sentido empezar a asustarse con 2 semanas de anticipación. Los días fueron pasando y ya cercano a los últimos días, en las ultimas despedidas, me seguían haciendo las mismas preguntas, y yo seguía sin sentir nada, incluso un día antes de la partida. Era como si el siguiente día fuese simplemente un día mas de trabajo.

Era especialmente extraño porque todavía recuerdo muy claramente un día hace como 2 años atrás en que trate de imaginarme si en esos momentos estuviese saliendo de un aeropuerto de alguna ciudad australiana, ¿Cuál sería mi siguiente paso? En ese momento me sentí justo como si ya estuviese allí y lo que empecé a sentir fue una presión enorme en el pecho que no me dejaba respirar. El aire se puso repentinamente muy frio y las manos me empezaron a temblar. Me tomo como 10 minutos recuperarme de lo que ahora sé, fue un ataque de pánico, y entonces pensé. Wow, ¿si esto es ahora que voy a sentir cuando me la aprueben?

Sin embargo, no sentí nada cuando me la aprobaron, no sentía nada mientras se acercaba el día de la partida y no sentía nada cuando me hacía un plan de las cosas que tenía que hacer una vez allá.

El problema es que ya me estaba empezando a dar pena decir que no estaba ni nervioso, ni emocionado y que mucho menos tenía miedo. Verán si decía que no tenía miedo, entonces me parecía que la gente pensaba… “este si es sobrado! Dentro de unos días se va para un país que está al otro lado del mundo, donde no conoce a nadie, que hablan otro idioma, sin trabajo, sin un lugar donde quedarse y NO TIENE MIEDO!. Es valiente? O es Estupido? Y como sabemos que no es valiente es que deber ser muy tonto como para asustarse por lo que va a hacer. ”.

Por otro lado, si decía que no estaba emocionado, los podía escuchar pensando… “Que? No estas emocionado? Llevas casi media docena de años pensando solo en esto y cuando ya estás tan cerca NO ESTAS EMOCIONADO!”. Es peor cuando pienso lo que pueden pensar otras personas que también están buscando o esperando la visa… “Que cosas! Nosotros daríamos todo por estar en su lugar. Problablemente lloraríamos de la alegría y él ni se emociona. Si alguien no valora lo que tiene probablemente no debería tenerlo!”

Para evitar todo esto, la mayor parte de las veces simplemente mentía y decía que estaba mas asustado que viejita en paracaídas o mas emocionado que niño en juguetería con $1000 en efectivo.

Un día que mi mamá me llamó aproveche para comentarle todo esto para ver que opinaba ella. Mi mamá es una mujer muy inteligente y es especialmente buena para deducir porque las personas se comportan de una forma u otra. Su explicación fue que ya llevaba tanto tiempo adaptándome a la idea, tanto tiempo visualizándome allá y tanto tiempo planeando todo que lo que venía ya no lo veía como algo desconocido o inédito, sino mas bien como una meta mas cumplida de las muchas que me faltan por alcanzar todavía. Algo así, una batalla ganada en una guerra que todavía le falta mucho por acabarse.

Y yo creo que es precisamente eso. A diferencia de aquel embarazoso día hace 2 años atrás que prometí nunca contarle a nadie, ahora se exactamente todo lo que tenía que hacer apenas saliera por las puertas del aeropuerto. Por lo que si hay algo bueno en que duren tanto tiempo para aprobar las visas es que permite a nuestros cerebros adaptarse a la idea poco a poco. Así que a los amigos que también se encuentran en esto, empiecen a irse adaptando a la idea de dejar su ambiente seguro en el futuro porque la visa eventualmente llega.

P.D: si les pasa como a mi y sienten que están sufriendo un ataque de pánico piensen en Baseball. Es increíble como sirve para desconcentrar a tu cuerpo de lo que está haciendo.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Tranquilo Gian, eso nos pasa a todos, y creeme, es bien raro no sentir nada... Saludos.